En el blanco infinito del lienzo está el espacio.
Todas las dimensiones sobre le papel.
Los trazos se profundizan se hacen más afilados, agudos.
La superficie se corta y brota otra dimensión.
Primitiva, imperceptible solo sensible a la luz, al viento.
La sombra sobre la hendidura, el corte, el relieve, el pliegue.
Un espacio sensible al tacto, sensual se abre a un encuentro conceptual con la forma.
Y por fin la forma, una idea.
Un proceso creativo en el filo del blanco del papel, cortante, hiriente.
LA SOLUCIÓN DEL LÍMITE, el otro lado del espejo.
Un mundo prohibido, profanado, un pacto fatal.
EL SALTO AL VACÍO